AL RECUERDO DE MI MADRE
Madre, cuando te escribo mis manos tiemblan,
Y me duele el alma y me duele el verso,
La distancia cuartea mis recuerdos,
Me muero de verte y no te miro.
Sé que volaste en una noche de pena,
Como paloma blanca buscando el cielo,
Fue una estrella cuando te dijo te quiero,
Y te abrió el cielo y no pude verte.
Fuiste sirena en los mares buenos,
Fuiste brisa en las mañanas frescas,
fuiste bálsamo en momentos ajenos,
fuiste vida cuando rondaba la muerte.
Madre, la de los veleros eternos,
Que surcan playas aun sin puertos,
Fuiste llave en las puertas perdidas,
Fuiste más y ya no recuerdo,
Las lágrimas oprimen mis sentimientos.
Madre la de los silencios guardados,
En el rezo amargo de los rosarios eternos,
Siendo cielo te llevaste la tierra
Y dejaste los frutos en las heladas huertas.
Madre anciana de las arrugas doradas,
Que escribía amor con el silencio del alma.
Mi linda madre de las canas plateadas,
Cómo olvidarte en las noches calladas.
Manuel Coronel
martes, 11 de mayo de 2010
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