VIVA PARA MÍ ESTÁS
Oh madre de los mil silencios,
un poema deseo escribirte hoy,
soy tu hijo que trajiste del cielo,
en aquella tarde en que se perdió el Sol.
Soy la nube que pobló tus sueños,
Soy el hijo que te mandó Dios,
Pero rosa y espina en tu vida he sido,
Perdona si algún dolor te he causado yo.
Eres espuma en los mares inmensos,
Donde siempre me refugio yo,
Eres bálsamo mágico para mis heridas,
Cuantas veces me he caído al suelo,
Pero con besos y caricias me salvaste vos.
Te debo la vida, todo lo que he sido y lo que soy.
No te culpes madre de mis pecados,
Porque de grande los cometí yo.
Ahora eres anciana mirando la vida,
Mirando a tus hijos y los frutos de su amor,
Ves tu árbol multiplicado en mil ramas,
Pero seguirás siendo la reina flor.
Perdona madre estos versos,
Y que me imagine que aún a mi lado estás,
Aunque eres una estrella que ilumina el cielo,
Pero vivas seguirás en mi corazón.
Manuel Coronel
martes, 11 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario