ME ACUNAS TODAVÍA, MADRE
Me acunas todavía, Madre,
como si fuera pequeña,
para que en mi sombra
florezcan mil estrellas.
Tu sonrisa me borra la tristeza,
una caricia apacigua mis angustias,
tus palabras con luz serena,
se acomodan escondidas en mi pecho.
Con la levedad de la luna llena,
tu rostro, tus manos, tus gestos,
desgastados por el tiempo,
avanzan con su misterio,
intacto en su perfume,
la dulce calma del hogar
no la perturba la lluvia,
conmueve persistente su entereza,
de amasar la vida como pan de primavera.
Madre, Madre, aquí estoy cuidándote,
al lado de tu mecedora, y...
estás con los ojos semientornados,
igual te digo como siempre,
gracias, mi infancia fue muy feliz,
lo sabes, no?,
bajo el sol pintado con acuarelas,
y en la escondida manera,
de apoyar mi cabeza sobre tu falda,
y rezar el rosario que faltaba.
Hoy te sostengo en mi tiempo de otoño,
y tus brazos que fueron cuna,
recobran la vida en amorosa guía,
se ahuecan trémulas las rosas,
para recibir el regocijo de tu tacto,
y como una heroína silenciosa,
expandes tus sonrisas
en las tintas de mis versos,
y festejan las alondras,
entre los cielos de los continentes,
las bahías de los océanos,
la oscuridad de tu tumba.
Bendice, Madre, mis sueños,
y aunque yo vea la silla vacía,
sé que te levantarás en el aire,
a darme alas de ternura,
cuando empiece el día.
y no te digo nada más.
Quería escribirte antes del Día de la Madre,
no podría hacerlo ese mismo día,
para decirte simplemente,
que eres mi hermosa sinfonía de vida.
Descansa, Madre, ya los malvones están en flor,
tu gatita está tranquila durmiendo en el sillón,
te rezo palabras de miel,
arrulladas en el atardecer,
y sabe mi almohada bordada en la juventud,
que contigo se elevó una niña, vestida de azul.
Autor Annie
Gracias amiga Annie por su participación
en poesías para el Día de la Madre
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martes, 11 de mayo de 2010
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